sábado, 23 de julio de 2016

El incremento de la industria hullera: Carbones de Santa Ana / Hermanos Herrero

(C) Makio Terala
Favorables circunstancias vinieron a dar impulso a la industria hullera. Hasta el año 1849, la Jefatura de Minas de Asturias, estaba acoplada a la de Galicia, con residencia en Vega de Ribadeo, considerado como punto céntrico de las dos regiones. Pero, a partir de dicho año, quedo establecida en Asturias la Jefatura de Minas. En este mismo año, se puso en vigor la nueva Legislación minera. 
Toda esta serie de circunstancias favorables, unidas a la perspectiva de la pronta explotación del ferrocarril de Langreo-Gijon, dieron origen a que se despertara la inclinación hacia las minas de carbón, descubriéndose y demarcándose unas 2.363 concesiones, pertenecientes en su mayoría a las Sociedades que a continuación se mencionan.

SOCIEDAD MINERO-CANTABRA

Esta sociedad, muy importante, fue propietaria de las minas de cobre y manganeso, en Cabrales y Peñamellera, y de las de carbón, en Langreo y San Martin del Rey Aurelio, tituladas Tras el Canto, Trechoro, San Blas, Lozana en Ciaño), Llamargon, Santa Ana en San Andrés de Linares, Vuelta, Sallosas, Carmelita, Generala, Mariscala, Florida, Alameda y Pontón en San Martin.
Como complemento a su industria del carbón, intento esta sociedad, en el año 1848, instalar una Fábrica de fundición en Ciaño (Casas de la Fábrica). Más tarde, en 1856, traspaso toda su propiedad minera, por aportación, a la Sociedad franco-belga, constituida en Paris en 1845, para la explotación de minas de carbón en el valle de Langreo, titulada "Hulleras de Santa Ana"

HULLERAS DE SANTA ANA

Esta nueva sociedad, se dedico exclusivamente al desarrollo de la explotación de carbones. A tal motivo, llevo a cabo grandes instalaciones para el aumento de sus grupos mineros, nombrados Tras el Canto en Ciaño, Santa Ana y Soton en San Martin del Rey Aurelio. Construyo un ferrocarril de vía de 0.65 metros de ancho, para enlazar dichos grupos, empleándose al principio la tracción animal, y más tarde la de vapor, para conducir sus carbones directamente a unos muelles-depósitos, instalados en las inmediaciones del ferrocarril de Langreo, o sea en el cargadero conocido con el nombre de Collantes, que existe actualmente próximo a la estación de Sama.

Pronto esta sociedad vio acrecentadas sus propiedades mineras a ambos lados del margen del rio Nalón, con nuevas concesiones, otorgadas por el Estado unas, y por la compra a particulares otras, formando extensos grupos, con las concesiones tituladas Lozana, La Granja, La Cabaña, Negra (Ciaño); Juliana, Prisionera, Máxima , San Alejandro, Teresa, Monje Bey, Aurelia, Llonga, Candanal, Fernando 1º, Cabañina (San Andrés); Piquera, Baraosa, Santa Rita, Marcelina, 2º Florida, Valentina (San Martin); Fea, Buena, Raposa, Julieta, 2º María Antonia, Paulina,  y Milana (Blimea); Paulina 2º, María Juana, Pliton, Apolon, Encina, Mesina (Santa Bárbara y Cerezal); Chernanga, Focara, Noviella y Faya los Llobos (Laviana)

Por razones de índole económica, se declaro en quiebra esta sociedad, en el año 1864, siendo adquirido en Paris por Gaspar Martínez Fernández, en 1866, constituyendo en 1870, con Ignacio Herrero Pui, la Sociedad Carbones de Santa Ana.

CARBONES DE SANTA ANA

En esta época la industria carbonera atravesó una de sus crisis, debido a las circunstancias excepcionales que atravesaba el país con sus disputas civiles. Además, dejabase sentir un espíritu poco industrial y trabajador, infiltrado en las costumbres de nuestros antepasados, difícil de vencer por su marcado antagonismo hacia todo aquello que significara progreso. Además, se carecía de medios rápidos de embarque, sin puertos en la costa, con trasportes caros, sin comunicaciones con el interior y con un reducido comercio y matricula de mar.
Todas estas desfavorables circunstancias fueron el estrelladero de la antigua Sociedad mencionada, viéndose obligados sus propietarios a reducir en extremo las extracciones carbones en sus grupos de explotación por la falta de salida, concentrándose solamente a la conservación de los más avanzados y limitando la extracción al carbón grueso.

Sin embargo, a pasar de la crisis carbonera de aquella época, esta sociedad amplio sus grupos mineros con nuevas concesiones otorgadas por el Estado en el concejo de Langreo, tituladas Embajadora, Reguerina y Guapa 3º. 

Acogiéndose a los beneficios emanados del Decreto-Ley de 1868, refundió varias de sus concesiones primitivas de los vales de Carrocera, San Andrés de Linares, Blimea (San Martin) y los de Corcia y Barredos (Laviana) con los nombres de San Andrés de Linares, Valle de Carrocera, La Espesura, Blimea (San Martin), La Corcia, Los Barredos y Buena (Laviana)

Por el Fallecimiento de Ignacio Herrero, se hizo cargo de todo su haber social la Casa Bancaria titulada Herrero Hermanos. 

HERRERO HERMANOS

Esta nueva sociedad extendió sus explotaciones a los grupos de minas conocidas con el nombre de Sallosas y Generalas, estableciendo la comunicación con la concesión obtenida de un ramal minero emplazado sobre la carretera del Estado, desde Sotón a Sotrondio, para la explotación de las minas de los grupos de Rimadero y Santa Bárbara. para comunicar con el ferrocarril a este ultimo vale, se construyo el túnel que hoy se conserva en las inmediaciones de Sotrondio.

Adquirió mas tarde, por compra y concesión del Estado, las minas llamadas Los Llerones, Dos Amigos, Alejandra, Romualda, Isabel, Manuela, La Desgraciada, Abandono (Turiellos), Modesta, Prezosa, Hallada, Descuido, Llamarga, Nombrada, Casualidad, Falsedad y Carmencita (Ciaño),pertenecientes a la antigua Sociedad conocida bajo la razón social de "Collantes, Bustamante y Compañía". Por aquella época, esta sociedad refundió sus pertenencias, situadas en la parroquia de Turiellos, en la concesión María Teresa, de 144 hectáreas, de las cuales fueron renunciadas en 1899, 120, demarcadas con posterioridad a favor de la Sociedad "Fabrica de Mieres", las minas nombradas "Escogida, Cuarta y Tercera,  y a favor de Mariano Ajuria las denominadas Disputada, Paz y Concordia. De las concesiones situadas en el valle de Ciaño, se refundieron con la concesión Guerra, las tituladas Modesta, Descuido, Casualidad, Falsedad y Carmencita. 

Así mismo, esta sociedad refundió los cotos mineros de La Esperanza y Blimea en San Martin y los de La Corcia, Los Barredos y Buena en Laviana, que formaban parte de la antigua sociedad Carbones de Santa Ana, con las minas nombradas Ocatava, Terca y 2º Vanguardia. Además registro y obtuvo títulos de propiedad de las minas tituladas Definitiva, Leonor, María Antonia, Alerta y Defensa en Langreo, Intercaladas en Laviana, Ninfa, San Vicente, Prudencia, Eudosia, Teresita, Inocencia, Triunfo, Matilde, Pilar, Africana, Alerta, Mercedes, Emboscada, Águila, Mamesina en San Martin, y las adquiridas a particulares, conocidas con los nombres Valle de Ciaño e Historia en Langreo y Nalona 2, La Sucia y Cazadora 2º en San Martin. 

Por aportación, esta sociedad traspaso todas sus propiedades mineras, instalaciones, ramales mineros, terrenos y edificios a la Sociedad Anónima Duro Felguera, formando parte de los grupos titulados Santa Ana, Carrocera y San Martin, nombres que conservan en la actualidad.



Texto de Julián G. Muñiz, autor de La Industria Hullera. 

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