viernes, 25 de diciembre de 2015

Los fielatos asturianos

(C) INE
Los feliatos eran pequeñas oficinas instaladas a la entrada de las poblaciones más importantes o transitadas que recaudaba el antiguo impuesto de consumos. Los fielatos dejaron de estar en funcionamiento cuando se anuló el impuesto sobre el consumo entre 1965 y 1970 por lo que muchas oficinas fueron derribadas.

"Hoy, todavía, al transitar por alguna carretera comarcal, aún podemos ver aquellas casas de piedra que, bien a la vista y en su mejor fachada, en colorido azulejo dice: fielato. Para la gente joven quizá les extrañe y hasta les dé la risa tal término, pero para los ya mayores? Alguno de esos más mayores aún recuerdan aquel respeto que se le solía tener al «consumero» o persona encargada de aquella oficina de recaudación. ¿Recaudación? Pues sí. Para evitar el famoso estraperlo de mercancías que entraban en las poblaciones para ser vendidas, los productos estaban marcados según su categoría y debían de pagar por ellos. Los portadores de tales géneros eran «asaltados» en el momento de pasar por delante de aquella «garita», casa u oficina, según estuviese situada. ¡Ah!, y pobre del que no tributase, porque si eran pillados posteriormente en pleno mercado y, bien los guardias municipales o la Guardia Civil, al exigirles el documento de pago del que se habían librado de la oportuna tasa, les caía el pelo. Esta es una casera y pequeña definición sui géneris de aquello vivido por mí de guaje, además, con la particularidad de que justo a la vuelta de mi casa, en la calle Independencia de Oviedo, había uno de aquellos fielatos que, por cierto, tenía un movimiento?

El «consumero», como así le llamábamos coloquialmente por recaudar el pago de impuestos al Consumo, era un personaje que se distinguía por su gorra negra de plato, que en su frontal figuraba una chapa identificativa. Creo recordar, asimismo, que tal chapa se repetía en la chaqueta igualmente oscura o negra: ¡quién coño se acuerda ya de tanto!. Al menos no era de colores llamativos. Y, les digo yo: ¿qué tiene que ver el fielato con el ferrocarril que tanto tratamos este verano? Pues hasta aquí hemos llegado y les voy a contar como fue aquella historia vivida en primera persona"

Aquí puedes leer el artículo completo perteneciente al periódico La Nueva España. También en el blog "El cuaderno de un geógrafo" podemos encontrar este artículo donde habla de los fielatos de Gijón y en collanzo.com comenta algunos ejemplos en el concejo de Aller.

No hay comentarios:

Publicar un comentario