sábado, 23 de julio de 2016

El incremento de la industria hullera: Carbones de Santa Ana / Hermanos Herrero

(C) Makio Terala
Favorables circunstancias vinieron a dar impulso a la industria hullera. Hasta el año 1849, la Jefatura de Minas de Asturias, estaba acoplada a la de Galicia, con residencia en Vega de Ribadeo, considerado como punto céntrico de las dos regiones. Pero, a partir de dicho año, quedo establecida en Asturias la Jefatura de Minas. En este mismo año, se puso en vigor la nueva Legislación minera. 
Toda esta serie de circunstancias favorables, unidas a la perspectiva de la pronta explotación del ferrocarril de Langreo-Gijon, dieron origen a que se despertara la inclinación hacia las minas de carbón, descubriéndose y demarcándose unas 2.363 concesiones, pertenecientes en su mayoría a las Sociedades que a continuación se mencionan.

SOCIEDAD MINERO-CANTABRA

Esta sociedad, muy importante, fue propietaria de las minas de cobre y manganeso, en Cabrales y Peñamellera, y de las de carbón, en Langreo y San Martin del Rey Aurelio, tituladas Tras el Canto, Trechoro, San Blas, Lozana en Ciaño), Llamargon, Santa Ana en San Andrés de Linares, Vuelta, Sallosas, Carmelita, Generala, Mariscala, Florida, Alameda y Pontón en San Martin.
Como complemento a su industria del carbón, intento esta sociedad, en el año 1848, instalar una Fábrica de fundición en Ciaño (Casas de la Fábrica). Más tarde, en 1856, traspaso toda su propiedad minera, por aportación, a la Sociedad franco-belga, constituida en Paris en 1845, para la explotación de minas de carbón en el valle de Langreo, titulada "Hulleras de Santa Ana"

HULLERAS DE SANTA ANA

Esta nueva sociedad, se dedico exclusivamente al desarrollo de la explotación de carbones. A tal motivo, llevo a cabo grandes instalaciones para el aumento de sus grupos mineros, nombrados Tras el Canto en Ciaño, Santa Ana y Soton en San Martin del Rey Aurelio. Construyo un ferrocarril de vía de 0.65 metros de ancho, para enlazar dichos grupos, empleándose al principio la tracción animal, y más tarde la de vapor, para conducir sus carbones directamente a unos muelles-depósitos, instalados en las inmediaciones del ferrocarril de Langreo, o sea en el cargadero conocido con el nombre de Collantes, que existe actualmente próximo a la estación de Sama.

Pronto esta sociedad vio acrecentadas sus propiedades mineras a ambos lados del margen del rio Nalón, con nuevas concesiones, otorgadas por el Estado unas, y por la compra a particulares otras, formando extensos grupos, con las concesiones tituladas Lozana, La Granja, La Cabaña, Negra (Ciaño); Juliana, Prisionera, Máxima , San Alejandro, Teresa, Monje Bey, Aurelia, Llonga, Candanal, Fernando 1º, Cabañina (San Andrés); Piquera, Baraosa, Santa Rita, Marcelina, 2º Florida, Valentina (San Martin); Fea, Buena, Raposa, Julieta, 2º María Antonia, Paulina,  y Milana (Blimea); Paulina 2º, María Juana, Pliton, Apolon, Encina, Mesina (Santa Bárbara y Cerezal); Chernanga, Focara, Noviella y Faya los Llobos (Laviana)

Por razones de índole económica, se declaro en quiebra esta sociedad, en el año 1864, siendo adquirido en Paris por Gaspar Martínez Fernández, en 1866, constituyendo en 1870, con Ignacio Herrero Pui, la Sociedad Carbones de Santa Ana.

CARBONES DE SANTA ANA

En esta época la industria carbonera atravesó una de sus crisis, debido a las circunstancias excepcionales que atravesaba el país con sus disputas civiles. Además, dejabase sentir un espíritu poco industrial y trabajador, infiltrado en las costumbres de nuestros antepasados, difícil de vencer por su marcado antagonismo hacia todo aquello que significara progreso. Además, se carecía de medios rápidos de embarque, sin puertos en la costa, con trasportes caros, sin comunicaciones con el interior y con un reducido comercio y matricula de mar.
Todas estas desfavorables circunstancias fueron el estrelladero de la antigua Sociedad mencionada, viéndose obligados sus propietarios a reducir en extremo las extracciones carbones en sus grupos de explotación por la falta de salida, concentrándose solamente a la conservación de los más avanzados y limitando la extracción al carbón grueso.

Sin embargo, a pasar de la crisis carbonera de aquella época, esta sociedad amplio sus grupos mineros con nuevas concesiones otorgadas por el Estado en el concejo de Langreo, tituladas Embajadora, Reguerina y Guapa 3º. 

Acogiéndose a los beneficios emanados del Decreto-Ley de 1868, refundió varias de sus concesiones primitivas de los vales de Carrocera, San Andrés de Linares, Blimea (San Martin) y los de Corcia y Barredos (Laviana) con los nombres de San Andrés de Linares, Valle de Carrocera, La Espesura, Blimea (San Martin), La Corcia, Los Barredos y Buena (Laviana)

Por el Fallecimiento de Ignacio Herrero, se hizo cargo de todo su haber social la Casa Bancaria titulada Herrero Hermanos. 

HERRERO HERMANOS

Esta nueva sociedad extendió sus explotaciones a los grupos de minas conocidas con el nombre de Sallosas y Generalas, estableciendo la comunicación con la concesión obtenida de un ramal minero emplazado sobre la carretera del Estado, desde Sotón a Sotrondio, para la explotación de las minas de los grupos de Rimadero y Santa Bárbara. para comunicar con el ferrocarril a este ultimo vale, se construyo el túnel que hoy se conserva en las inmediaciones de Sotrondio.

Adquirió mas tarde, por compra y concesión del Estado, las minas llamadas Los Llerones, Dos Amigos, Alejandra, Romualda, Isabel, Manuela, La Desgraciada, Abandono (Turiellos), Modesta, Prezosa, Hallada, Descuido, Llamarga, Nombrada, Casualidad, Falsedad y Carmencita (Ciaño),pertenecientes a la antigua Sociedad conocida bajo la razón social de "Collantes, Bustamante y Compañía". Por aquella época, esta sociedad refundió sus pertenencias, situadas en la parroquia de Turiellos, en la concesión María Teresa, de 144 hectáreas, de las cuales fueron renunciadas en 1899, 120, demarcadas con posterioridad a favor de la Sociedad "Fabrica de Mieres", las minas nombradas "Escogida, Cuarta y Tercera,  y a favor de Mariano Ajuria las denominadas Disputada, Paz y Concordia. De las concesiones situadas en el valle de Ciaño, se refundieron con la concesión Guerra, las tituladas Modesta, Descuido, Casualidad, Falsedad y Carmencita. 

Así mismo, esta sociedad refundió los cotos mineros de La Esperanza y Blimea en San Martin y los de La Corcia, Los Barredos y Buena en Laviana, que formaban parte de la antigua sociedad Carbones de Santa Ana, con las minas nombradas Ocatava, Terca y 2º Vanguardia. Además registro y obtuvo títulos de propiedad de las minas tituladas Definitiva, Leonor, María Antonia, Alerta y Defensa en Langreo, Intercaladas en Laviana, Ninfa, San Vicente, Prudencia, Eudosia, Teresita, Inocencia, Triunfo, Matilde, Pilar, Africana, Alerta, Mercedes, Emboscada, Águila, Mamesina en San Martin, y las adquiridas a particulares, conocidas con los nombres Valle de Ciaño e Historia en Langreo y Nalona 2, La Sucia y Cazadora 2º en San Martin. 

Por aportación, esta sociedad traspaso todas sus propiedades mineras, instalaciones, ramales mineros, terrenos y edificios a la Sociedad Anónima Duro Felguera, formando parte de los grupos titulados Santa Ana, Carrocera y San Martin, nombres que conservan en la actualidad.



Texto de Julián G. Muñiz, autor de La Industria Hullera. 

lunes, 4 de julio de 2016

La Plazuela de San Miguel (Gijón)

(C) El cuaderno del geografo
 La Plazuela de San Miguel, toma el nombre de Evaristo San Miguel, militar liberal gijonés, que llegó a ser Capitán General de Aragón y Ministro durante la regencia de Espartero, y que hoy aparece homenajeado en un busto del centro del parque que fue instalado en 1922.
Para encontrar el origen de este pequeño pulmón hay que remontarse hasta 1868, año de su trazado sobre la punta de estrella más oriental de la fortificación que ciñó el perímetro de la ciudad con motivo de la guerra carlista. Desde 1909 se cerró a la circulación rodada en su andén central y apenas sufrió más modificaciones hasta 1946 cuando las obras de urbanización propiciaron el retiro de su arbolado original compuesto por olmos. Entonces se conservaron un par de palmeras y se plantaron
algunos Castaños de Indias. Para completar el resto de los huecos que dejaron los viejos árboles también se incluyeron tilos holandeses, que todavía están presentes en hileras paralelas, ciruelos rojos y drácenas. Así mismo, los jardines fueron sometidos a un vistoso diseño geométrico a base de setos podados por el jardinero Manuel Marco quien también abrió praderas y añadió notas florales. La renovación de la plaza se completó con la instalación de un kiosco de trazas racionalistas, protegido igualmente dentro del Catálogo Urbanístico.
 A la vista del gijonés que pasea a pie, el dibujo de la plaza parece inalterado desde su creación, algo que puede deberse a su estratégica situación a caballo entre la ciudad histórica y el ensanche, y al interesante legado arquitectónico que la envuelve y que ha convertido este lugar en una de las zonas más céntricas y valoradas de la ciudad.

La Quinta del Infanzón o Quinta de Duro (Gijón)

(C) La buena pitanza 
La Quinta del Infanzón o Quinta de Duro se encuentra en la parroquia de Cabueñes, Gijón.  Se trata de un típico conjunto de casa, jardín y campo de labor que en esta zona recibe el nombre de Quinta, realizado a finales del S. XVIII sobre una edificación principal más antigua (del S. XVII) y una finca de labor. En esa época las clases pudientes de la ciudad comenzaron a realizar en su entorno cercano conjuntos de Quintas formadas por jardines, tierras de labor, casas principales y de criados, con el fin de utilizar esos jardines y casas principales como lugares de esparcimiento y excursión de día. De esa época son los espléndidos ejemplares de coníferas. En la primera mitad del S. XIX, la finca fue adquirida por D. Pedro Duro, magnate de la industria siderúrgica asturiana que hacia 1.870 modernizó y amplió considerablemente el edificio principal dotándolo de una bonita columnata en su fachada sur, con vistas a su utilización de forma permanente durante los largos veraneos de las clases pudientes de la época. 

El edificio original fue transformado a mediados del siglo XIX en una quinta de recreo al gusto de la época. En épocas muy recientesha sido objeto de rehabilitación por parte de sus propietarios para permitir su uso terciario, manteniendo con acierto el encanto del edificio original.

El jardín, de influencia inglesa, está compuesto por ejemplares de nogal, secuoya, cedro del Líbano y del Himalaya, palmera, roble, magnolio chino, fresno, pino piñonero, tejo, castaño, falso ciprés de Lawson, avellano turco, pino de Servia, falsa acacia, bananero, pino de Monterrey, níspero, encina, alcornoque, higuera, arce noruego, laurel, ciruelo japonés, tilo, plátano de sombra, acebo, palmera de Fortune, circe o árbol del amor, peral, mimosa, manzano cerezo, gingko y castaño de Indias, la mayoría centenarias y con un porte excepcional. Otras especies son las hortensias, bambúes, bojes recortados, plantas de temporada y adornos florales. La estatuaria del jardín está compuesta por monumentales jarrones, una estatua alegórica de la Fe hecha artesanalmente en piedra, otra de un niño montado sobre un pez, originaria de Guadalajara y que es utilizada como adorno de la fuente principal, y otra en la trasera de la casa principal titulada “El Herrero” y hecha por el artista Mariano Benlliure (1862-1947). Desde Pedro Duro, ha sido una propiedad familiar y siempre ha estado habitada, utilizándose principalmente como casa de veraneo. Hoy, tras cinco generaciones familiares, Manuela y Carlos, junto con sus hijos Germán, Jesús y Pablo regentan un hotel con encanto conocido como Hotel Quinta de Duro.


sábado, 25 de junio de 2016

Historia de la fábrica de cervezas Águila Negra de Colloto (Oviedo)

El Águila Negra fue durante casi cien años (1898-1993) la verdadera cerveza de Asturias y de los asturianos. La fábrica de cerveza más grande que tuvo Asturias consiguió asentar las bases de una cultura cervecera en una tierra donde la sidra era y es la bebida nacional por antonomasia. En las siguientes líneas se tratará de esbozar una pequeña historia sobre la mítica marca collotense repasando su historia a través de los años y haciendo hincapié en algunos de los datos que la llevaron a estar a la cabeza de la industria cervecera de la Península Ibérica.

Los orígenes de esta cervecera los encontramos en el pueblo de Colloto, población situada en los límites de los concejos de Oviedo y Siero. La actividad principal de esta villa era la ganadería y la industria sidrera. Entre los varios llagares familiares y las fábricas presentes en Colloto, destacaban Industrias Cima y Bodegas Asturianas (Fábrica de Sidra Princesa de Asturias). Ámbas fueron punteras en la elaboración de sidras champán desde finales del S XIX en adelante. Sin embargo el fuerte desarrollo de Industrias Cima- su fundador José Cima fue el primer collotense en obtener la cruz al merito del trabajo, hizo que Bodegas Asturianas empezara a quedarse atrás en el mercado local y nacional con lo que sus directivos decidieron diversificar y empezar a construir una fábrica de cerveza. Para ello viajaron por Europa-principalmente por Alemania y Chequia con el fin de traer información y recursos humanos que ayudaran a crear una cervecera de prestigio.En 1898 comenzaron las obras de ampliación y modernización de una fábrica de cerveza que comenzaría su primera cocción en la primavera de 1900.

El año 1898 fue un año agitado, el cambio de siglo estaba cerca y eso se hacía notar en todos los aspectos de la vida. En la cultura ibérica destacan los escritores de la Generación del 98, dando su visión particular sobre la España de fin de Siglo. En Arquitectura Gaudi diseña y construye el Parc Güell en la Barcelona de fin de siglo.En Europa, H.G. Wells publica la edición de su novela La Guerra de los Mundos y la ciencia recibe con regocijo el descubrimiento del radio por parte de Marie y Pierre Curie. El orden mundial estaba cambiando y la expansión colonialista de las potencias europeas coincide con la mayor crisis internacional española: el fin de su imperio de ultramar con la independencia de sus dos únicas colonias-Cuba y Filipinas, un hecho que afectará profundamente a todos los estamentos de la sociedad. España era un país con una economía atrasada basada en una agricultura poco competitiva y en unos enclaves industriales aislados en Barcelona y Vizcaya, principalmente. La sociedad era predominantemente rural y poco urbanizada, con grandes desigualdades sociales y culturales, un elevado grado de analfabetismo y una profunda escasez de clases medias. La política de la restauración y el sistema bipartidista sólo favorecía a un pequeño grupo de oligarcas que se turnaban para disputarse las ganancias. Sin embargo, justo en esa época la economía española se empezaba a acercar a la media de los paises europeos más industrializados. Los efectos económicos de la pérdida de las colonias no fueron del todo negativos ya que la repatriación de capitales supuso una importante inyección en la economía española. España distaba aún mucho todavía de los países más desarrollados, pero el panorama iba mejorando, estaba moviendose.


Dentro de esta nueva movilidad, una fábrica regional de sidra champán decide diversificar su producción y comenzar a elaborar cerveza, bebida por aquella época considerada como de temporada y extranjerizante pero que empezaba a ganar adeptos día a día. De esta manera comienzan las obras de acondicionamiento y la instalación de la maquinaria necesaria para elaborar cerveza. Las primeras pruebas fueron muy exitosas y así, el 29 de Marzo de 1900, con un capital social de un millón de las antiguas pesetas queda fundada la empresa El Águila Negra de Colloto, fábrica de cervezas, reconvirtiendo así en cervecera la antigua fábrica de sidra champán Bodegas Asturianas. Durante la primera década del siglo XX se continuó elaborando sidra pero cada vez esta tenía menos peso en la fábrica ya que los maestros cerveceros e ingenieros industriales traidos de Alemania y Chequia trabajaban a un ritmo que permitía ir afianzando una línea de cervezas de calidad que atraía a cada vez más consumidores.


Primeros Años
Esta forma de trabajar fue la que permitió que antes de la guerra civil española (1936-1939) el Águila Negra ya ocupara un puesto de privilegio dentro de la industria asturiana, basada en aquel entonces en la minería y la siderurgia. Entre los avances que hicieron que esta cervecera progresara adecuadamente estaba la creación de una maltería neumática, única en la década de los 20 en España, y que le permitía maltear entre septiembre y abril( los meses, por aquel entonces ideales para tal fin) la suficiente cantidad de grano para completar su producción anual y crear excedente que se vendía a otras cerveceras nacionales. Teniendo en cuenta que antes de 1936 la producción era de 22000 litros diarios, podemos hablar de unas cifras record para la incipiente industria cervecera de la región. En aquella época la fábrica producía dos cervezas, una oscura denominada brune-al estilo de las dunkel alemanas( con 11,5% de extracto seco primitivo-E.S.P) y una rubia especial tipo pilsen(12,5% de E.S.P) que gozaba de gran aceptación.

Años 40
La Guerra Civil fue un desastre absoluto para el país, y la posguerra trajo momentos dificiles para la fábrica. Los recortes presupuestarios, el uso del grano para alimento y los reajustes políticos que la dictadura impuso hicieron que la industria en general sufriera una fuerte recesión. Sin embargo, El Águila Negra, al pertenecer al campo de la alimentación pudo diversificar y mantenerse a pesar de la crisis.Una de las soluciones adoptadas-además de la venta de malta y la plantación y recolección de lúpulos propios, fue la creación de una planta de fabricación de hielo industrial. La Fábrica siempre había producido hielo para acondicionar las bodegas y realizar las guardas de su cerveza. La idea de aumentar dicha producción y venderla resultó en un importante aumento de dividendos que redundarían en la fabricación de cerveza.




Años 50 y 60
Los años 50 y 60 fueron los de la consolidación de la cerveza asturiana en el mercado regional y la entrada por la puerta grande en el nacional. La producción fue en aumento, llegando a los 48000 litros diarios que se repartían entre Asturias y las provincias limítrofes. La investigación y la tecnología que se aplicaba iba en aumento y cada vez la técnica se hacía más refinada dando a la cerveza un mayor impulso. La importancia de la fábrica para Colloto se hizo vital, además de dar empleo directo a muchos habitantes, era también creadora de puestos de trabajo indirectos-venta de cerveza, hostelería, siembra y recogida de lúpulo, trasformación de bagazo de malta en piensos etc... La identificación de pueblo y cerveza se hizo absoluta, algo muy importante teniendo en cuenta que Colloto era -y es, un núcleo sidrero importante dentro de Asturias.



Años 70
La década de los 70 representa el auge absoluto de una marca, seña de identidad ya de la industria alimenticia asturiana y su afianzamiento fuera de la región, especialmente en Galicia, León, Cantabria, Zamora y Madrid. La competencia con las cervezas nacionales iba en aumento lo que suponía una activación de la economía y un impulso más que patente de la cultura cervecera. En la decada anterior habíamos asistido a la triste desaparición de la otro cervecera existente en Asturias, Estrella de Gijón(**Ver Anexo I). Esa fue la cara mala de la competencia y de la lucha por el liderazgo dentro del mercado de la cerveza. El Águila Negra, se hizo con los derechos de una de sus cervezas y empezó a elaborar una cerveza especial extra( con extracto seco primitivo 16%) bajo el nombre de Kronenbräu, indicando en su envase, a modo de reconocimiento, que la receta original pertenecía a Estrella de Gijón.


Los 80 

La producción en los años 80 llega a la cota histórica de 62000 litros diarios, la fabricación se diversifica, las inversiones van en aumento y la cervecera goza ya de un asentamiento económico, industrial y social total. Como muestra de esta situación vemos que la gran mayoría de los acontecimientos culturales y deportivos asturianos cuentan con el patrocinio de la cervecera y su presencia en la hostelería y la gastronomía asturiana alcanza cotas impensables para una región de tradición sidrera y dentro de un país culturalmente vinícola.

El declive: Años 90

Cuanto más alto se sube, mayor es la caída dice el acervo popular y los problemas para El Águila Negra empiezan a finales de los 80, con una serie de desastrosas operaciones económicas que su directiva lleva a cabo y que, incapaces de solucionar, hacen que la cervecera empiece a entrar en una crisis de la que ya nunca más salió. Por aquel entonces era necesaria una reconversión para ajustar la cerveza a los nuevos tiempos y a las nuevas pautas que el mercado exigía. Paradojicamente, aquella cervecera que había sido siempre puntera en tecnología, investigación y desarrollo( cuando ni siquiera existian esos departamentos en las empresas) empezaba a quedarse atrás cuando más necesitaba esos avances. Sus directivos no supieron o no pudieron estar a la altura de las circumstancias y la mala gestión de los dividendos obtenidos hasta la fecha desembocaron en huelgas, manifestaciones,negociaciones y crisis generalizada que llevaron al cierre definitivo en el año 1993. El gobierno regional, siempre dispuesto a cuidar el patrimonio industrial de Asturias no pudo o no quiso intervenir en lo que se denominó la crónica de un cierre anunciado, lavandose las manos y desoyendo proyectos que hubieran mantenido la empresa a flote. De esta conjunción de desastres se llegó al final de una cervecera que había sido pionera en la producción de cerveza en Asturias y en España así como la seña de identidad de un pueblo, Colloto, de una Ciudad Oviedo y la referencia de una región en la industria cervecera de la Península Ibérica.

miércoles, 22 de junio de 2016

Enfermedades profesionales relacionadas con la minería

Antes de pasar a describir las enfermedades que afectan a los mineros del carbón vamos a definir lo que es una enfermedad profesional.

"Patología médica o traumática provocada por la presencia en el medio ambiente laboral de agente físicos, químicos o biológicos que merman la salud del trabajador".
Las enfermedades mineras han sido la punta de lanza de las enfermedades profesionales por la especial dureza de los trabajos realizados en la mina y por los ambientes nocivos en que se suelen realizar. A pesar de que hay enfermedades típicas de todos los tipos de minería, nos vamos a centrar en la del carbón, ya que es la que nos atañe.


La mayoría de males que afectan a los mineros del carbón son por agentes físicos, aunque también encontramos alguno biológico. Además, las enfermedades han ido variando a lo largo de la historia y hoy en día no encontramos todas las que se daban hace 100 o 150 años.

Los mineros del carbón se enfrentan todos los días a movimientos rápidos y repetitivos, esfuerzos excesivos,posturas incómodas, ruido, vibraciones... Todas ellas pueden desencadenar en afecciones osteoarticulares y vasculares por la vibración de los martillos neumáticos, bursitis crónica por posturas forzadas y movimientos repetitivos, hipocausia (sordera) debido a los ruidos... Hay otro factor físico que ha desaparecido con el paso del tiempo, pero que en la antigüedad provocaba una enfermedad que afectaba a muchos mineros. La luz, o mejor dicho, la ausencia de luz. La precaria iluminación de las lámparas de seguridad, que daban unas 10 veces menos luz que una cerilla, hacía que los mineros de interior sufrieran nistagmus de los mineros.  Se manifiesta como un movimiento rápido e involuntario de los ojos, que se puede acrecentar con los cambios de luminosidad (pasar de una zona oscura a una iluminada o al revés) y que provoca temblores que pueden hacer perder el equilibrio. Al aparecer las lámparas eléctricas y mejorar la iluminación, esta enfermedad desaparece, aunque continua en el listado de enfermedades profesionales de nuestro país.

Si hay una enfermedad que se asocia a los mineros, es la silicosis. Es un tipo de neumoconiosis provocada por el polvo de sílice que se desprende al picar las rocas. La neumoconiosis se define como la acumulación de polvo en los pulmones y la respuesta tisular patológica ante su presencia. 
Al respirar partículas de sílice, algunas llegan a los sacos alveolares donde los macrófagos (células pertenecientes a  nuestro sistema inmune) las fagocitan. Sus enzimas están preparadas para destruir moléculas orgánicas por lo que no atacan al polvo, que se acumula hasta que las mata. Al morir, esas enzimas se liberan provocando graves daños en el tejido alveolar y con el paso de los años los pulmones se van destruyendo, provocando obstrucción, tos, expectoración, disnea e incluso la muerte.

Gracias a las nuevas medidas higiénicas, a mediados del siglo XX se erradicó una enfermedad que llegó a causar epidemias: la anquilostomiasis. Está provocada por un agente biológico, en concreto por un gusano parásito (Ancylostoma duodenale) de la familia de los nemátodos. También se conoce a la enfermedad como la anemia de los mineros ya que sufrían de fuertes anemias provocadas por hemorragias intestinales crónicas.
Este parásito se aloja en el intestino y sus huevos salen con las heces. Las larvas se desarrollan en el suelo e infectan a los mineros por vía oral o atravesando la piel. Las malas condiciones higiénicas hicieron que se extendiera hasta provocar una epidemia en muchas minas. La mejor forma de luchar contra ella fue la prevención y hoy en día ya no se da en las minas de países desarrollados.

viernes, 17 de junio de 2016

Visita al Ecomuseo Minero de Samuño (Langreo)



La visita al Ecomuseo minero de Samuño comienza en la estación de El Cadaviu. Allí nos recogerá el tren que nos llevará hasta el pozo San Luis. 

Llegamos al embarque del pozo San Luis y se sube por la jaula hasta los exteriores del pozo. desde allí podemos observar el poblado de La Nueva. La empresa que fundó el pozo se llamaba “Carbones La Nueva”.  Comienza el recorrido por las instalaciones auxiliares del pozo:

  • La casa de máquinas

La Casa de Máquinas es el edificio de mayor interés patrimonial de todo el Valle de Samuño. Fue construido por Carbones de La Nueva en 1930, con la finalidad de albergar la máquina de extracción del nuevo pozo. De aquí salen los cables que sostienen la jaula que hay en el castillete. 
Carbones de La Nueva era filial de la Real Compañía Asturiana de Minas, dedicada a la elaboración de zinc en su gran fábrica de Arnao. Los pináculos de estilo art-decó que rematan la casa, están fabricados en zinc procedente de Arnao. En el ala Este de la fachada, faltan esos pináculos de zinc ya que esta parte del edifico fue añadido en los años 40. 

Dentro podemos ver los dos compresores (máquinas encargadas de  producir el aire comprimido que se utiliza en diversos procesos del interior de la mina, donde no es posible emplear motores de explosión debido a la presencia de metano y otros gases sumamente inflamables. El aire comprimido se utiliza para la ventilación y para permitir el funcionamiento de herramientas, como los martillos neumáticos de los picadores)
El primero, de 1936, perteneciente a la casa americana Worthington pero no llegó hasta 4 años después al pozo. Y el segundo, de la casa Atlas Copco, fue adquirido en 1967.

También podemos ver una máquina de extracción de la casa alemana Siemens Schukertwerke. La máquina de extracción mueve las dos jaulas del interior del pozo, conectadas a ellas con cables de acero trenzado, a través del sistema de poleas ubicado en el castillete. 

  • Lampistería

Esta edificación de 1934 está destinada al depósito, vigilancia, mantenimiento y limpieza de las lámparas de mina. Los mineros entraban por la puerta del lado norte, ya que venían de la casa de aseos y salían de la puerta sur, hacia el pozo. Al regresar, realizaban el camino inverso para depositar su lámpara.

  • Las oficinas y la pagaduría

El edificio fue construido en 1953. Consta de dos pisos, albergando la planta baja los servicios administrativos y los técnicos en la segunda, donde se encontraba el ingeniero jefe. También añadieron por el lado norte, una ventinilla de pagos donde los mineros recibían su sueldo y que se conocía como "la pagaduría".

  • La casa de aseos

La casa de aseos contienen las duchas, perchas, taquillas y vestuarios del personal del pozo minero. 
El edificio actual de la Casa de Aseos es el resultado de una serie de reformas a partir de 1935. Inicialmente era  un edificio dedicado a la central eléctrica. 


  • El taller

El edifico de  los talleres fue el último en añadirse al conjunto en la década de los sesenta. Actualmente es la zona del museo donde podemos ver la exposición de piezas de ferrocarril como locomotoras mineras y siderúrgicas.

  • Los edificios auxiliares

Esta hilera de edificios auxiliares se fue construyendo a lo largo de la primera mitad del siglo  XX en función de las necesidades de la empresa:comedor, sala médica, talleres,.. 

  • La portada del socavón Isabel.

La minería de montaña se fue desarrollando por todo el valle a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Este tipo de minería de montaña consistía en explotar el carbón que existían en las laderas del valle, a través de bocaminas que recibían el nombre de pisos con su correspondiente número: 1º piso, 2º piso, 3º piso,... El socavón Isabel es el 2º piso de las minas de montaña de Carbones de La Nueva, siendo el primero piso, el socavón Emilia. 

Finalmente regresaríamos a la estación de donde partimos, a través del tren o andando por una senda que transcurre a la vera del río. 

Nota: la visita guiada finaliza en la casa de aseos. El resto es visita libre pero hay paneles explicativos. 

jueves, 9 de junio de 2016

Asturias independiente y Gijón Capital

Hubo un tiempo en el que Asturias fue independiente y tuvo su capital en Gijón. Sucedió entre el verano y el otoño de 1937, en plena guerra civil española y con Asturias convertida en una ínsula republicana en el Norte del país. En respuesta al aislamiento, cuando ya habían caído Santander y Bilbao en manos nacionales, se proclamó el Consejo Soberano de Asturias y León. El próximo sábado se cumplen 75 años de aquel día.

«El Consejo Interprovincial de Asturias y León (...) cree llegado el momento de asumir la plena responsabilidad del mando soberano en el territorio de su autoridad», quedó escrito en el decreto aprobado en Gijón «a veinticuatro horas del día veinticuatro» (entró en vigor el 25), en el que se dice en las primeras líneas el porqué de las cosas: «Quien repase en su memoria hechos históricos hallará confirmación de que una ciudad sitiada asumió siempre la integridad de su responsabilidad».
Eso ocurría en Asturias. La situación era dramática. No había, tal y como detalla el documento, división entre lo civil y lo militar, porque todo en Asturias y las áreas leonesas de Pajares y la comarca de Babia eran únicamente frente. Pero, pese a esas circunstancias de incomunicación con el mando republicano y la imposibilidad de recibir refuerzos, no gustó en exceso al Gobierno de Azaña esa declaración de independencia que convertía en Soberano al que hasta entonces había sido Consejo Interprovincial de Asturias y León. Fueron éstos los órganos creados por el Gobierno republicano para administrar los territorios tras el levantamiento de Franco en 1936.

Al frente del asturiano -con y sin soberanía-, Belarmino Tomás (1892-1950), socialista de Sama por el que tampoco sentía especial simpatía Manuel Azaña y al que llamó a consultas a Valencia -no acudió- tras la proclamación de la 'independencia'. Muy vinculado a la figura de Manuel Llaneza -trabajaron juntos en el pozo Fondón-y a la lucha sindical, se implicó en la Revolución de Octubre del 34 y acabó siendo encarcelado. Luego, ya en 1936, se convirtió en diputado electo del Frente Popular. Fallecido en México en el exilio, Tomás fue el líder de un Consejo Soberano que tuvo los días contados, pero que incluso llegó a acuñar sus propios sellos y papel moneda. De hecho, fue él precisamente quien bautizó como 'belarminos' a los billetes que se emitieron en la época -no solo durante la época del Consejo Soberano sino también cuando era territorial-.

Fueron meses fatigosos, de batallas muy duras para tratar de mantener el Frente Norte en manos republicanas, pero acabaron siendo, dos meses después de la proclamación del Consejo Soberano, batallas perdidas.

El 20 de octubre de 1937, el ejército nacional toma Gijón y el Consejo se ahoga en las aguas del puerto de El Musel. Ese mismo día se celebró la última reunión del Consejo Soberano, encabezada por el coronel Prada, en una situación tremendamente comprometida: «Nos ha derrotado la aviación y pretender resistir es inútil. No cabe más que el repliegue si se quiere salvar parte del Ejército», quedó escrito que dijo el mando militar, que con anterioridad había anunciado que en Gijón aguardaban los barcos que podrían realizar la evacuación. Se trata de embarcaciones capaces de trasladar entre 50.000 y 60.000 personas. Esa reunión se producía a mediodía. Y a primera hora de la tarde comenzó una evacuación polémica que dejó en tierra a muchos afines a la República que acabarían convirtiéndose en represaliados justo al día siguiente, el 21 de octubre, cuando el ejercito nacional asumió el mando de Gijón.

Fuente: el Comercio