El Grupo Escolar Aniceto Sela de Mieres data de 1914-1925 y es de estilo eclectico. Se atribuye a Julio Galán Carvajal. Creado por el consistorio mierense como Escuela Nacional con la colaboración del Estado en 1912. Julio Galán Carvajal (1875-1939) se encarga
del proyecto (1914), siguiendo el modelo del Ministerio de Instrucción Pública para escuelas graduadas pero adaptándolo a los requerimentos
espefícicos del centro y a su estilo personal. En 1917 se hace cargo de las obras el contratista ovetense Vicente Menéndez Fernández,
rescindiéndose el contrato al año siguiente por la subida de los precios. En 1919 se hace cargo la propia administración local con sus operarios.
Ese mismo año de 1921 se da por terminada la infraestructura procediendo a la dotación interior. En 1925 se rematan las obras. Sigue funcionando como C. P. Aniceto Sela.
Escuelas graduadas de niños y niñas. Originalmente, edificio con planta en U y
patio posterior descubierto, en donde el pabellón central tiene dos alturas y los
pabellones laterales, de igual anchura que el central pero de menor longitud, tres
que se cubren, cada uno, con cuatro aguas y caballete paralelo a fachada de
estilo cercano al neomudejarismo. Las alas laterales eran en origen recintos
techados de una sola altura y cubierta en terraza que dotaban al centro de un
espacio cubierto que protegía la zona de recreo de las inclemencias del tiempo.
La obra se realizó principalmente en ladrillo y mampostería, aunque se introdujo
el hormigón armado (que se ocultó) en el suelo del piso bajo y en la antigua
azotea de los brazos de la U. Actualmente hay otros dos bloques en ángulo recto,
adosados en la zona trasera hacia la calle Martínez de Vega, realizados en
hormigón con revestimiento de ladrillo de tres pisos que se corresponden con un
interés funcional y no estético ya que no siguen el estilo cuidado del resto de la
obra, en donde destaca la conjunción del enlucido de los muros con el ladrillo y la
piedra de los elementos decorativos: franjas horizontales que van recorriendo los
frentes, los recercos de los grandes ventanales, que en planta son adintelados y
en el primer piso de arco rebajado, cornisa sogueada... Destaca el tratamiento
privilegiado de la fachada del pabellón central con remate decorativo en el centro
y los extremos que recuerdan al mundo secesionista por las peinetas, escudos y
triglifos. Los niños ocuparían la parte izquierda y las niñas la derecha, en dos
aulas por piso y por sexo. Contaba con guardarropas, retretes, urinarios y lavabos
distribuidos a lo largo del edificio, además de biblioteca y museo escolar en la
parte alta. Disponía de patio de recreo al aire libre segregado por valla y limitado
por setos de arbustos y patio cubierto en las alas del edificio.
Posteriormente a su construcción se llevaron a cabo distintas reformas como cerramiento trasero con vallas entre 1930-1931, reparación de los
daños sufridos durante la Revolución de Octubre entre 1934-1935 y los acaecidos durante la Guerra Civil se realizaron en 1942 bajo la dirección
de Francisco José González López-Villamil. Capítulo aparte son las importantes reformas llevadas a cabo por Luis Cuesta que supusieron la
ampliación del inmueble con la construcción de dos plantas sobre los primitivos pabellones laterales de una altura. Finalmente 1970 hubo un
nuevo crecimiento con la adición de dos bloques en la zona trasera que no siguen premisas estéticas y que desentonan en el conjunto.
Texto de: Pozu Espinos
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