El 9 de febrero de 2013 se cumplen 50 años desde el que el Cine Campos Elíseos cerrase sus puertas definitivamente. Año y medio después sería demolido para dar paso a un gran edificio de viviendas. Pero este cine dejó su impronta en la historia gijonesa, pues fueron muchísimos los ciudadanos que lo pudieron disfrutar y llegó a transmitir su nombre a la zona de La Arena en la que se ubicó. La antaño conocida como área de La Florida, quedará bautizada para siempre como Los Campos gracias a él. Incluso, un colegio lleva su nombre.
Todo comenzó en 1873, cuando el Ayuntamiento presidido por Eladio Carreño Valdés otorgó una concesión por 99 años a Antonio San Pedro, Florencio Valdés y Ángel Rendueles para la realización de espectáculos. Era un terreno de 500.000 pies cuadrados de extensión y las obras se presupuestaban en 500.000 pesetas.
Uno de los artífices del proyecto arquitectónico fue Juan Díaz, que rechazó percibir compensación económica alguna por el trabajo. Los propietarios decidieron llamar al edificio con el nombre de la hija de Díaz. Nacía el Teatro-Circo Obdulia. Su inauguración tuvo lugar el 13 de agosto de 1876, con un espectáculo ecuestre, y al junio siguiente, con el inicio de las representaciones teatrales, acudieron personalidades como la Infanta Isabel.
Al inicio de la década de 1930, se hizo cargo del local el empresario Isaac Fraga Penedo, quien potenció las instalaciones ya como Cine Campos Elíseos. Y es que la relación del local, que era capaz de albergar a 3.500 personas, con el mundo del celuloide comenzó muy pronto. Concebido como circo y teatro, en 1899 albergaba una de las cuatro exposiciones regionales que acogió y ya se proyectó la primera película, realizada por el gijonés Arturo Truán y Vaamonde. En 1925 se proyectó también el largometraje 'Asturias' y en los años 1930, con la implantación de las películas sonoras, pasaría a denominarse de forma definitiva Cine Campos Elíseos.
Pero por su tablas pasaron mucho más que películas, obras de teatro o atracciones circenses. El congreso de la CNT de 1937, el homenaje a Melquiades Álvarez y numerosos mítines y actos políticos congregaron a cientos de gijoneses que tenían al cine como uno de sus puntos de encuentro más importantes.
Arquitectónicamente, se trataba de una estructura circular que determinaba también el trazado anular del escenario y las localidades del público. Contaba con 680 butacas, 45 palcos y 1.200 asientos de galería y paseo, llamados coloquialmente 'el gallineru', que no estaban numerados, por lo que era preciso llegar con tiempo para encontrar un sitio que permitiera eludir las columnas.
En 1963 el Ayuntamiento decretó el cierre del cine, cuando tenía una plantilla de más de 30 personas, a las que hubo que indemnizar con 15.000 pesetas. En el cierre pudo influir que en la parte posterior hubiera un cuartel de la Guardia Civil, en el que había un importante polvorín. Algunas de las figuras que adornaban el inmueble aún se pueden ver en Las Mestas y en el parque de Isabel la Católica.
Fuente: el comercio.
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