La ermita localizada en una zona aislada de la población situada a 3 km. del núcleo, en un
área de gran altura sobre la que se divisa gran parte de la costa. Su origen puede ser anterior pero se encuentra modificada entre los siglos XIX y XX.
El edificio de pequeñas proporciones consta de capilla única de planta cuadrada, precedida por un pórtico creado con la prolongación de los muros laterales a modo de antas o cortavientos con frontis cerrado por muro bajo y dos columnas de madera que aguantan la viga de soporte de la cubierta. Su imafronte únicamente está abierto por una puerta adintelada sin vanos laterales como suele ser habitual. Tanto los muros norte como sur se abren con pequeñas ventanas (una a cada lado) de sección apaisada con gran derrame y pronunciado alfeizar para evitar la entrada de agua en el interior, puesto que la capilla está situada en una desprotegida azotada por el viento y la lluvia. El muro
de cabecera es ciego y se eleva por encima de la cubierta mostrando acusadas caídas rematándose en el centro con una espadaña de único vano, coronada con frontón triangular de tipología popular.
La cubierta es a tres aguas apoyada sobre estructura de madera y se protege al exterior con tejas de tipo árabe dispuestas a canal y cobija. Los muros están levantados en mampostería enlucida y pintada sin emplearse sillería en ninguna parte de su construcción.
El interior tiene pavimento cerámico colocado en la segunda mitad del siglo XX y en su cabecera hay un banco corrido sobre el que se apoya un tabernáculo que acoge la imagen del santo titular, de factura muy tosca con puerta de vidrio y cubierta prísmica rematada con un sol realizado en el siglo XIX. Forma parte del grupo de capillas y ermitas populares de escaso valor artístico aunque
de estimable valor etnográfico tradicional. Su imagen se conserva en la iglesia parroquial de Ballota ya que recientemente han robado en el interior de la ermita.
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