Casona de gran valor histórico del siglo XVI de estilo renacentista,situada en un barrio con construcciones antiguas
reseñadas en otras fincas, próxima a la llamada calle del medio; lo angosto de la callejuela
impide una vista holgada de este inmueble entre medianeras, que descolla por la ordenación
de su fachada, propia del período renacentista.
Se trata de un bloque paralepipedo, de piso terreno y noble, erigido con canto de río y
mampostería de piedra, apenas enfoscada; los sillares bien escuadrados sólo recercan los
vanos, y el ángulo derecho del frente.
La fachada, que se corresponde con un lado largo, se organiza entorno a una puerta en
arco de medio punto de gran dovelaje con despiece radial, e incisión molduradora en la
arista. A su derecha, se practica un ventanuco cuadrado con un gran sillar reforzando el
antepecho, y a la izquierda se halla una puerta adintelada estrecha y semi-hundida.
En el piso alto se abre dos ventanas cuadradas con idénticos sillares en el antepecho, que
conservan los postigos; en el extremo superior derecho se horada una hornacina, con el
dintel moldurado y decorado con una cruz inscrita.
Cubre a dos amplias vertientes, y existe un alero simple de madera. En el dintel de la puerta figura pintado el N°:"27"
A la izquierda de la fachada se ha abierto una puerta estrecha, con el marco revestido de mortero de cemento; otra puerta
pequeña junto a ésta, con el marco de sillar, parece obra más reciente que el resto de la casa. En la parte trasera, la casa forma
un acodamiento, y se le ha añadido una vivienda nueva, hallándose muy modificada.
Esta casona se relaciona con el tal vez legendario origen de la localidad; habiendo destruido una avalancha el pueblo
antiguo, seis hombres construyeron esta casa, llamada casa Hornera por habitarla únicamente varones, y labraron un escudo
hoy desaparecido de la hornacina. Durante mucho tiempo fue ocupada por Xuan de Xata,y en la década de 1970 era propiedad
de D. Manuel Baizán Pelaéz.
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