Céntrico chalet unifamiliar, de planta rectangular que consta de sótano, dos pisos y altillo
bajocubierta, erigido con cuidados materiales en estilo regionalista o montañés.
Es del siglo XX (2º tercio) y se encuentra en la calle Marqués de San Feliz nº 2.
El aparejo empleado se carga y pinta de blanco, contrastando con sillares de tono dorado
que permanecen vistos en zócalo, ángulos, imposta y cornisa, alféizares y dinteles de
huecos, con un acabado rugoso.
Es notable el trabajo de carpinteria de los aleros, con su doble hilada de mensulillas
talladas, y de la galería hacia la avenida principal. La distribución de huecos es regular
aunque asimétrica: en la fachada posterior, puerta en arco flanqueada por dos ventanas
rasgadas, y un balcón enrasado, y sobre la imposta, tres vanos cuadrados con el alféizar
moldurado.
Hacia el jardincillo formado en la confluencia de las dos calles se abre una ventana con
orejas, concesión al historicismo barroco, que rompe la línea de imposta, y otros dos
huecos.
La fachada principal tiene un cuerpo destacado en planta, que en el piso inferior cuenta con
un vano rasgado resguardado por tejadillo con alero de madera y teja curva; en el piso alto,
entre antas de sillar, aparece la galería de madera y cristal, con antepecho de rejeria, pies
derechos con zapatas talladas y ventanas de palilleria.
En el cuarto flanco hallamos otro balcón, con pie derecho de madera y barrotera torneada.
Cubre a cuatro amplias aguadas de notable pendiente. La cubierta parece renovada parcialmente, y se han abierto ventanucos de P.V.C.; asoman chimeneas, una buhardilla y una antena de televisión. Se adosa a la fachada un contador de luz y cables, y recogen las aguas canalones y bajantes.
Este chalet perteneció a Don Bernardo, médico, y a sus herederos.
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