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Aunque la industria minera ha sido un trabajo históricamente masculino, cada vez es más común encontrarse con mujeres mineras. Entrevistamos a Elena Herrero, una joven asturiana de 29 años que lleva ocho años dedicándose a esta profesión.
Elena Alonso Herrero es una joven asturiana natural de Pola de Laviana, localidad situada en el corazón de la Cuenca del Nalón, una de las dos cuencas mineras de Asturias (España). A pesar de tener solo 29 años, Elena lleva trabajando ya ocho años en Hunosa, organización empresarial de titularidad pública del sector energético-minero, ligada principalmente a las cuencas mineras de Asturias.
Aunque la industria minera es históricamente un trabajo masculino, cada vez es más común encontrarse con mujeres mineras. En 1985, Concepción Rodríguez comenzó esta lucha por la igualdad en la industria minera. A pesar de superar las pruebas de selección convocadas por Hunosa para trabajar en el interior de las explotaciones, la empresa rechazó su candidatura amparándose en la protección al sexo femenino. La lucha dio sus frutos en 1992, cuando se reconoció el derecho de las mujeres a trabajar en igualdad a los hombres en las explotaciones mineras.
Ya en la primera mitad del siglo XX se incorporaron mujeres a Hunosa, las conocidas como "las carboneras". Pero no sería hasta el 17 de enero de 1996 cuando se sumergieran al interior de la mina las primeras cuatro mujeres mineras –María de los Ángeles Llaneza, María Shirley Sánchez, María Virginia Domínguez y María del Carmen–, quienes abrieron el camino a la igualdad dentro de la mina. Hoy en día, dos décadas después, la empresa hullera cuenta ya con 101 mujeres. Un aumento importante, pero una cifra aún sensiblemente inferior a los 973 hombres que trabajan dentro de las explotaciones mineras de Hunosa. Los 1.353 trabajadores de Hunosa los completan los 211 varones y las 68 mujeres que se encargan de los trabajos realizados en el exterior.
El camino hacia la igualdad de sexos en Hunosa se ha visto ralentizado drásticamente desde 2012, cuando explotó el conflicto minero y las huelgas generales que se alargaron desde el mes de mayo hasta agosto de ese mismo año. Por aquel entonces, el gobierno aplicó uno de sus recortes más duros a este sector, industria que supone una de las mayores fuentes de ingresos tanto en Asturias como en León (sin olvidar otras localidades españolas, aunque a menor escala). Además, la Unión Europea quiso romper lo pactado y adelantar el cierre de las minas españolas. Desde 2012 no se han incorporado nuevos empleados a la empresa hullera, ni hombres ni mujeres.
Me encuentro para hablar con Helena en Carrio, un pequeño pueblo asturiano donde se encuentra el pozo minero en el que trabaja. A la espera de unos tortos con picadillo, y entre culete y culete de sidra, comenzamos a charlar.
Broadly: ¿Cuándo comenzaste a trabajar en la mina? ¿Por qué te decantaste por este oficio?
Elena Alonso Herrero: Entré en Hunosa en el año 2008, con 22 años. Era la mujer más joven del Pozo Carrio, donde trabajo. Tuve la oportunidad de entrar, ya que mi padre falleció trabajando en la mina. En aquel tiempo era, supuestamente, un trabajo estable y con futuro. Mi padre murió en el año 2000. Al cumplir 18 años, en el año 2004, me llamaron. Pero en ese momento era aún muy joven y en mi casa no querían. Me volvieron a llamar al cabo de los años y, finalmente, entré en Hunosa a los 22 años.
Tuviste el valor de bajar a trabajar en el mismo escenario en el que falleció tu padre.
La verdad es que al principio me lo pensé mucho. Pero lo veía como un trabajo con futuro. Lo único que no quería era trabajar en el mismo pozo en el que falleció mi padre, el Pozo Sotón.
¿Había mujeres cuando entraste?
Sí, sí, ya había mujeres. Más o menos el mismo número que ahora. En el Pozo Carrio somos 12.
¿Alguna vez notaste un trato diferente por ser mujer?
Yo personalmente no, pero sí que he visto alguna actitud machista. Creo que con el paso del tiempo se está normalizando la mujer minera. Puede que tenga que ver que la media de edad de los trabajadores en la mina no pasa de los 40 años. Son personas jóvenes que suelen tener la mente más abierta.
¿Qué tipos de trabajo ejercéis las mujeres en la mina?
Dentro de la mina, como aún no hay igualdad, no solemos desarrollar las mismas tareas que los hombres. Por ejemplo, a nosotras no nos mandan barrenar o picar. Suelen encargarnos trabajos 'fáciles', que realmente no lo son, porque en la mina no hay trabajos fáciles, obviamente.
¿Como por ejemplo?
Pues por ejemplo nos mandan a los embarques, donde sale el carbón, a las cintas transportadoras o los basculadores. Supuestamente cosas fáciles que eligen ellos para nosotras. También hay muchas mujeres que al entrar las han mandado a desenvolver trabajos fuera de la mina: lampistería o almacén, por ejemplo.
¿Te ves capacitada para desarrollar el mismo trabajo que un hombre en la mina?
Yo creo que sí, aunque no todos. Hay algunos trabajos que requieren una fuerza física que las mujeres no tenemos, aunque también existen casos en los que un hombre tiene menos fuerza que una mujer. Si se quiere hacer, se puede. Yo creo que las mujeres no tendríamos que estar tan apartadas, metiéndonos en trabajos 'fáciles' por no vernos capacitadas.
El trabajo en la mina tiene un alto nivel de riesgo, quizás más que otros tipos de trabajo.
Yo creo que todos los trabajos tienen su peligrosidad, pero hay que darse cuenta de que en la mina estás a muchos metros de profundidad bajo la tierra, hay muchas máquinas eléctricas, bajan costeros de carbón, y si te embiste uno de ellos, te puede matar. Si se derrumba la mina, puedes quedar atrapado. También han habido casos de accidentes por silos de carbón.
¿Has sufrido algún accidente en la mina?
He tenido accidentes de poca gravedad, como golpes con vagones de carbón o esguinces por galerías en mal estado.
En el siglo pasado murió mucha gente en la mina. ¿Por qué?
Antes no había tantas medidas de seguridad como ahora. La verdad es que en ese aspecto se ha avanzado bastante, las estadísticas están ahí. En los últimos años han muerto muy pocos mineros. Por suerte, no se han repetido tragedias como la del Pozo Nicolasa, en Mieres, donde fallecieron 14 mineros en 1995.
Trabajar en la mina acarrea otros graves problemas, como la silicosis, enfermedad crónica del aparato respiratorio que se produce por haber aspirado polvo.
Aún existe algún caso de mineros que sufren silicosis, pero cada vez son menos. Hoy en día existen muchas más medidas de seguridad, como el uso de mascarillas para reducir el impacto de esta enfermedad.
Mucha gente tiene la percepción de que las mujeres no trabajan dentro de la mina.
Sí, casi siempre que me preguntan "¿dónde trabajas?" y les digo que trabajo en la mina, me responden "¿trabajas en la oficina?". Es cierto que tienen una idea errónea de que las mujeres estamos trabajando fuera de la mina.
¿Cómo ves el futuro?
Ahora mismo veo el futuro más negro que el carbón. Están recortando por todos los lados, los partidos políticos quieren acabar con todas las ayudas y cerrar los pozos mineros. Y si no hay ayudas, no hay carbón.
¿Por qué crees que comenzó el conflicto minero?
Yo creo que, antes, la parte social y la empresa se llevaban muy bien, había mucho dinero y ese dinero lo invirtieron en fondos mineros. Pero esos fondos no se invirtieron en la mina, sino que se utilizaron para otras cosas como farolas, empedrados... se invirtió en todo, menos en la mina. Se gastó mucho dinero, y ahora mismo no queda nada.
El carbón se sigue utilizando, pero se importa de otros países.
Sí, el carbón se importa porque es más barato que producirlo en España. Pero en cuanto cierren todas las minas de España, el carbón importado va a subir, lógicamente.
¿Qué supuso la minería en Asturias?
Sobre todo en las Cuencas Mineras, esta industria era la que daba de comer a la gente. Ahora la gente se está yendo fuera, y si finalmente cierran todas las minas, se irá más gente aún. Se critica mucho a los prejubilados de la mina, pero esos prejubilados son los que compran en el comercio local. Es como la pescadilla que se muerde la cola.
¿Qué pasa con las prejubilaciones de los mineros?
Las prejubilaciones comenzaron en la década de los 90 para que los mineros pudieran retirarse más jóvenes debido a la peligrosidad que suponía el trabajo en aquellos años. El problema viene de una mala gestión. La prejubilación supuso el cierre para la minería. Se invirtió mucho dinero en mucha gente.
¿Sigue habiendo prejubilaciones?
Sí, pero con otras condiciones. Con los recortes que sufrimos hoy en día, como podrás imaginar, la edad de prejubilación ha aumentado hasta los 54 años y el dinero ha disminuido del 100% al 80% del bruto.
¿Cuál fue el detonante de las revueltas mineras de 2012?
Ese año se rompió el acuerdo firmado acerca del cierre de las minas, querían adelantarlo y comenzaron los recortes. Aunque la huelga iba a durar unos días, finalmente la huelga se alargó desde mayo hasta agosto.
¿Qué papel tomasteis las mujeres mineras en la huelga de 2012?
Exactamente el mismo que el de los hombres. Cortábamos carreteras, acudíamos a manifestaciones...
¿Quiénes eran Las Mujeres del Carbón?
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A partir de la huelga se creó este colectivo. En él tenían cabida mujeres, hijas, hermanas o primas de mineros. Englobaba también a mujeres de León. No todas tenían vínculo directo con la minería. La verdad es que se movilizaron mucho. Ellas no cortaban carreteras con neumáticos, pero sí lo hacían con sentadas.
¿Qué opinas de las quejas desde las propias Cuencas Mineras por los cortes de las carreteras de las huelgas?
Me parece lamentable, ya que todos estamos viviendo directa o indirectamente de la minería. Algunas de las personas que se quejaron, estaban viviendo directamente de la minería, y eso sí que es asombroso. Algunas personas se olvidan de que la economía de las Cuencas Mineras reflotó gracias a la industria minera.
¿Qué crees que va a pasar con el futuro de la minería en España?
Se escucha de todo. Yo tengo fe en que se cumpla la firma de extracción del carbón hasta 2018 y el cierre de pozos en 2020. Pero espero seguir firmando acuerdos más allá de estas fechas.
Si cierran los pozos, ¿qué futuro os espera?
Como Hunosa tiene otras empresas que se dedican a otros sectores, se dice que nos recolocarían. Pero nadie lo afirma al cien por cien. Como ya no entran más trabajadores y la gente se va a ir retirando, la plantilla no sería tan grande y no creo que la recolocación supusiera mayor problema.
Es decir, aunque veas cerca el fin de la minería, crees en un futuro con Hunosa.
Eso espero, aunque no tengamos las mismas condiciones que tenemos ahora, que serían peores, eso está claro.
¿Prefieres seguir luchando por la continuidad de la minería?
Sí, cien por cien. Espero que el nuevo gobierno mire por la minería, que al fin y al cabo es lo que da vida a las Cuencas Mineras.
Fuente: broadly vice
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