(C) Geijo |
La iglesia de San Vicente de Serrapio, en el concejo de Aller,
situada a 1 kilómetro aproximadamente de Serrapio en un lateral de la carretera sobre un mirador con vistas al
valle medio del Aller. Tiene origen prerrománico aunque no se mantienen
ya conservados los elementos arquitectónicos anteriores al siglo XII. Podíamos
clasificar a esta iglesia con un estilo gótico tardío de carácter rural. Fue declarada
Monumento Histórico Artístico el 15 de noviembre de 1983 y pertenece al
arzobispado de Oviedo.
Es una iglesia románica rural del s. XII, con numerosas
reformas y añadidos. Conserva una lápida de carácter votivo dedicada a Júpiter,
por lo que se supone que la iglesia está emplazada sobre un edificio de culto
pagano, de época romana. Según otra inscripción que se conserva, el antiguo
templo se consagró en el año 894 o 994.
El templo presenta un pórtico a los pies, espadaña de dos
ojos y dos puertas de ingreso resueltas mediante arco de medio punto sobre
sencillas jambas.
La iglesia consta de una triple nave dividida por pilares de
madera. A ambos costados adosa dependencias y se cubre con armadura de madera a
dos vertientes, datable en el siglo XVI-XVII. Al norte anexa un baptisterio,
una sala que conserva las inscripciones referidas y una sacristía con pintura
mural de época medieval. Y en la otra
orientación, adosa una estancia alargada o posible cabildo. Presenta así mismo,
una cabecera tripartita compuesta por un ábside central semicircular, cubierto
por bóveda de horno y precedido por tramo recto con bóveda de cañón. Este ábside está flanqueado por dos capillas
laterales de muro recto y abovedadas.
Resulta destacable el arco triunfal doble, que descansa sobre
dos pares de columnas con capiteles historiados, y podio que se extiende a las
capillas laterales.
En el exterior, bajo la cornisa, conserva canecillos tallados
de temática variada. Y una banda de sillar labrada con dientes de sierra que
recorre a modo de zócalo el ábside central.
El conjunto de pinturas murales que se desarrollan en las
capillas del ábside, presentan numerosas pérdidas y alteraciones por repintes,
además de constatarse la existencia y convivencia con decoraciones murales
anteriores.
En la capilla de la izquierda, una guirnalda longitudinal en
el tramo alto de la bóveda separa las dos arquerías fingidas, trazadas a partir
de la línea de impostas. Cada una consta de tres arcos de medio punto que sitúa
a un personaje o una escena. En las arcadas de la izquierda se conserva la
representación de un báculo, restos de un cabeza y un árbol y la coronación de
la Virgen. A la derecha, se representa un sol bajo un toldo, un árbol y un
recipiente; en la siguiente capilla se sitúa un personaje nimbado con un
cuchillo en alto, y una figura recostada. En el testero, flanqueando el vano,
aparecen de pie y en posición frontal san Juan Bautista y san Andrés Apóstol,
ambos nimbados.
La capilla de la izquierda
acoge la representación de san.
Cosme y san Damián, dispuestos también uno a cada lado del vano, nimbados,
afrontados y portando los atributos correspondientes.
Pinturas del ábside |
De la decoración de los muros laterales de la capilla mayor
quedan vestigios de las escenas dedicadas a la Pasión de Cristo, que iban
contenidas por dos cenefas, una de dientes de sierra y la otra en damero. Estas
escenas se repiten, no sin modificaciones, en el muro curvo del testero junto a
la imposta definiendo los dos registros. En el piso inferior aparecen dos
escenas separadas por el vano. De izquierda a derecha se representan las
Lamentaciones sobre Cristo muerto (que relata el momento en el que Cristo
reposa en el regazo de la madre, acompañada en el duelo por las Santas Mujeres
y san Juan), la Crucifixión (con María
representada a la derecha del hijo, que es mostrado exánime en el madero,
mientras el ángel recoge la sangre en el Grial). Sobre la ventana, dos ángeles
alados flanquean la cruz de la victoria, smbolo de la resurrección de Cristo
sobre muerte, anticipando el tema del segundo registro.
Separadas por la línea de imposta, y por la secuencia de las
tres cenefas, se representa la Resurrección: Cristo resucitado define junto a
san Pedro el eje compositivo, situando a su derecha a la Virgen y a los santos,
y a la izquierda a la iglesia militante.
Fuente: Pintura mural asturiana
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