sábado, 13 de febrero de 2016

La historia del Cine en Mieres

El Séptimo Arte sentó cátedra durante el siglo XX, cuando llegó a haber 23 salas en el concejo.

Dicho está y repetido en numerosas ocasiones que quién sigue la línea de recoger hechos, testimonios, acontecimientos, figuras y hasta artículos que en su día prestaron servicio a la comunidad y hoy sirven de ejemplo decorativo, está reescribiendo la historia de su pueblo. Pues, bien, dense ustedes una vuelta por la hoy denominada calle Antonio Machado de Mieres y se encontrará de bruces con un pequeño escaparate donde periódicamente se renueva ese material recordatorio como muestra del discurrir de una sociedad local o comarcal, que fue, y hoy ya no es la misma. Y si entran en el interior, puede y deben quedar asombrados. Es el escaparate de "Tante", (Constantino Díaz, del Salat), toda una demostración de tesoros añorados que hablan del pasado con una elocuencia asombrosa. Pero, en fin, esa es otra historia que ya vio un rayo de luz en este espacio. Hoy toca detenerse en uno de los aspectos más atractivos. 

Cine Capitol 
El cine, ese llamado Séptimo Arte, tal como ocurrió universalmente, sentó cátedra en esta comarca y muy concretamente en el municipio de Mieres. ¿De qué forma? Su contenido a modo de mensaje con historias reflejando realidades, aventuras, querencias y traiciones, amores y desamores, odios y venganzas, sentimientos y sinsabores, revolucionó la sociedad, durante el pasado siglo y parte de este, hasta el punto de colocarse como principal soporte para la ocupación de ese espacio de tiempo que se ha dado en llamar ocio. Y para ello fue indispensable disponer de medios a modo de locales convenientemente acondicionados para tales "funciones". Por lo tanto son piezas de primera línea que merecen una atención. Es el tema de hoy para decir, de principio, que Mieres llegó a tener veintitrés salas de cinematógrafo, repartidas por los principales puntos habitables de su piel. Y aunque actualmente no existe ese tipo de equipamiento, y todo se reduce a la nuevas fórmulas de los multicines, casi siempre en torno a las grandes superficies comerciales, y a la TV, ahí va un recorrido sencillo pero elocuente de lo que fue y ya no es. 

Como es lógico resulta obligado comenzar por la capital del condado. Por lo visto Mieres -villa- parte desde un teatro Novedades, recoleta construcción en la calle Guillermo Schultz, con la doble función escénica y cinema, presentando una estructura interior a base de pequeños palcos laterales que le daban cierta distinción. Se estrenó el 17 de junio de 1912, con la película "Quo Vadis", que ante su anuncio reunió tanta gente que fue necesario trasladar la función a la plaza del mercado, a doscientos metros de distancia puesto que en el local resultaba imposible. Le siguió el cine Pombo en 1918, donde, doce años más tarde la película "Sin novedad en el frente" estuvo quince días en cartel al precio de 0,30 céntimos de peseta la localidad. Durante cierto tiempo el Palau, inaugurado en 1926 sirvió como soporte en la proyección de películas para convertirse más tarde en salón de baile. 
1942 fue fecha escogida para ver la luz el cine Esperanza, único que en la villa mantiene el tipo aunque sin actividad. 


Se estrenó con el film "Yo soy un periodista". Reinaugurado quince años más tarde por exigencias de las nuevas técnicas, tuvo a bien ofrecer, en cinemascope "Los diez mandamientos". Y llegamos al gran teatro Capitol, la sala de mayor envergadura con cerca de mil cuatrocientas localidades, donde se celebraron, desde 1951, los principales acontecimientos y manifiestos festivos, culturales y hasta sociales de sus cuarenta y un años de existencia, puesto que en 1992 sintió, sobre su majestuosa mole, el efecto de la piqueta.
Si se estrenó con la película "El burlador de Castilla" tuvo la suerte de cerrar el ciclo con "La Casa de los siete balcones", dirigida por el mierense internacionalmente conocido dentro del teatro, el cine y la televisión, Luis San Narciso. Sin duda alguna el valle de Turón, principalmente su núcleo central marcó la pauta con el mayor número de salas de cine. Tomando como hoja de ruta la línea de descenso desde los altos de Urbiés, vemos que en esta localidad se inauguró el Cinema Tres Hermanos en 1934, siendo cuartel de regulares durante la Guerra Civil para transformarse posteriormente en templo parroquial provisional. San Andrés tuvo también su "nido" cinematógrafo con el llamado Cinema San Andrés inaugurado en 1935 bajo la propiedad de Manuel Buitrago.  Y ya metidos en el cogollo turonés de la Veguina aparece el Salón Variedades -conocido también como El Habanero- abierto en 1920, el cine Froiladela seis años más tarde con la actuación del laureado Orfeón Mierense y el cine España y Fideflor en 1935 como fecha de arranque. 

 Ya más cercanos en el tiempo se descubre la apertura del cine Copeval (1961), el día de Nochebuena con la película "Sangre en primera página" interpretada por Rita Hayworth. Y por último el cine Río, un año más tarde bajo la propiedad de Florentino Fano, que lo dota de seiscientas butacas de aforo.  La localidad de Ujo, entonces tercera en envergadura, tuvo también su protagonismos, con dos salas, una el Ideal Cinema inaugurado en 1924 bajo la dirección de Domingo Suárez y que había vivido una primera experiencia efímera en el barrio de Santa Clara con apenas un año de duración, y el Cine Club de la Calle Nueva, de 1933 promovido por el dúo Julio Rodríguez y José María García.  No le fue a la zaga Santa Cruz que también disfrutó de dos salas, una el cine Blanquita (1922), nombrado así en honor de la hija del propietario Javier Conseco y donde se ofrecía cine mudo acompañado de la música de piano, y el cine La Llama (1935), diseñado por el arquitecto José Avelino Díaz que también se encargó de materializar otras salas del concejo. 

Imperal Cinema de Ablaña
Figaredo, pese a su envergadura demográfica, solo dispuso del cine Royalty, en Las Vegas, inaugurado en 1934, cuya fase final ya perteneció a los promotores de la familia Pesquera y que, los domingos y festivos, servía también de sala de baile. La misma empresa se encargó de Ablaña con el Imperial Cinema donde, se proyectó, en cuatro partes, la famosa película "Plus Ultra" que recogía la hazaña de los aviadores españoles pioneros en la travesía aérea Europa-América. El solar de este cine está hoy dedicado a un geriátrico.  Otros núcleos que contaron también con su testimonio del espectáculo en pantalla fueron Santullano con el cine parroquial, promovido por el sacerdote titular en los bajos de la iglesia, la Pereda ofreciendo sus películas en el cine Ángeles, durante seis años a base de 126 localidades, y Cenera, con el cine Plaza frente al Palacio de Abajo, donde, en 1956 se estrenó la película "Balarrasa" interpretada por Fernando Fernán Gómez. 
Y queda para el final, por sus posibles características, la localidad de Vegadotos, donde existió el Ideal Cinema, desde 1926 a 1931. Dicen las crónicas que su promotor fue Manuel Llaneza Zapico, y existen muchas posibilidades de que se tratase del que fue alcalde de Mieres, diputado en cortes y fundador del sindicato minero (SOMA). Éste es un dato que esperamos aclarar próximamente. En muchos de los cines del concejo, sus comienzos disponían de un personaje popular denominado "el explicador" que se encargaba de amenizar el desarrollo del filme mudo con palabras o con música de piano. 



Lo dicho una vez más. Acérquense ustedes por el escaparate de "Tante", en la calle Antonio Machado y podrán comprobar fiel y fehacientemente, la realidad cinematográfica de Mieres, a lo largo del pasado siglo, no solo con la visión literaria, sino también la gráfica. Todo un documento para la historia de esta comunidad. 

Artículo de Amadeo Gancedo para La Nueva España. 

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