El Séptimo Arte sentó cátedra durante el siglo XX, cuando llegó a haber 23 salas en el concejo.
Dicho está y repetido en numerosas ocasiones
que quién sigue la línea de recoger hechos, testimonios, acontecimientos,
figuras y hasta artículos que en su día prestaron servicio a la comunidad y hoy
sirven de ejemplo decorativo, está reescribiendo la historia de su pueblo.
Pues, bien, dense ustedes una vuelta por la hoy denominada calle Antonio
Machado de Mieres y se encontrará de bruces con un pequeño escaparate donde
periódicamente se renueva ese material recordatorio como muestra del discurrir
de una sociedad local o comarcal, que fue, y hoy ya no es la misma. Y si entran
en el interior, puede y deben quedar asombrados. Es el escaparate de
"Tante", (Constantino Díaz, del Salat), toda una demostración de
tesoros añorados que hablan del pasado con una elocuencia asombrosa. Pero, en
fin, esa es otra historia que ya vio un rayo de luz en este espacio. Hoy toca
detenerse en uno de los aspectos más atractivos.
Cine Capitol |
El cine, ese llamado Séptimo Arte, tal como
ocurrió universalmente, sentó cátedra en esta comarca y muy concretamente en el
municipio de Mieres. ¿De qué forma? Su contenido a modo de mensaje con
historias reflejando realidades, aventuras, querencias y traiciones, amores y
desamores, odios y venganzas, sentimientos y sinsabores, revolucionó la
sociedad, durante el pasado siglo y parte de este, hasta el punto de colocarse
como principal soporte para la ocupación de ese espacio de tiempo que se ha
dado en llamar ocio. Y para ello fue indispensable disponer de medios a modo de
locales convenientemente acondicionados para tales "funciones". Por
lo tanto son piezas de primera línea que merecen una atención. Es el tema de
hoy para decir, de principio, que Mieres llegó a tener veintitrés salas de
cinematógrafo, repartidas por los principales puntos habitables de su piel. Y
aunque actualmente no existe ese tipo de equipamiento, y todo se reduce a la
nuevas fórmulas de los multicines, casi siempre en torno a las grandes
superficies comerciales, y a la TV, ahí va un recorrido sencillo pero elocuente
de lo que fue y ya no es.
Como es lógico resulta obligado comenzar por
la capital del condado. Por lo visto Mieres -villa- parte desde un teatro
Novedades, recoleta construcción en la calle Guillermo Schultz, con la doble
función escénica y cinema, presentando una estructura interior a base de
pequeños palcos laterales que le daban cierta distinción. Se estrenó el 17 de
junio de 1912, con la película "Quo Vadis", que ante su anuncio
reunió tanta gente que fue necesario trasladar la función a la plaza del
mercado, a doscientos metros de distancia puesto que en el local resultaba
imposible. Le siguió el cine Pombo en 1918, donde, doce años más tarde la
película "Sin novedad en el frente" estuvo quince días en cartel al
precio de 0,30 céntimos de peseta la localidad. Durante cierto tiempo el Palau,
inaugurado en 1926 sirvió como soporte en la proyección de películas para
convertirse más tarde en salón de baile.
1942 fue
fecha escogida para ver la luz el cine Esperanza, único que en la villa
mantiene el tipo aunque sin actividad.
Se estrenó con el film "Yo soy un periodista". Reinaugurado
quince años más tarde por exigencias de las nuevas técnicas, tuvo a bien
ofrecer, en cinemascope "Los diez mandamientos". Y llegamos al gran
teatro Capitol, la sala de mayor envergadura con cerca de mil cuatrocientas
localidades, donde se celebraron, desde 1951, los principales acontecimientos y
manifiestos festivos, culturales y hasta sociales de sus cuarenta y un años de
existencia, puesto que en 1992 sintió, sobre su majestuosa mole, el efecto de
la piqueta.
Si se estrenó con la película "El
burlador de Castilla" tuvo la suerte de cerrar el ciclo con "La Casa
de los siete balcones", dirigida por el mierense internacionalmente
conocido dentro del teatro, el cine y la televisión, Luis San Narciso. Sin duda alguna el valle de
Turón, principalmente su núcleo central marcó la pauta con el mayor número de
salas de cine. Tomando como hoja de ruta la línea de descenso desde los altos
de Urbiés, vemos que en esta localidad se inauguró el Cinema Tres Hermanos en
1934, siendo cuartel de regulares durante la Guerra Civil para transformarse
posteriormente en templo parroquial provisional. San Andrés tuvo también su
"nido" cinematógrafo con el llamado Cinema San Andrés inaugurado en
1935 bajo la propiedad de Manuel Buitrago.
Y ya metidos en el cogollo turonés de la Veguina aparece el Salón
Variedades -conocido también como El Habanero- abierto en 1920, el cine
Froiladela seis años más tarde con la actuación del laureado Orfeón Mierense y
el cine España y Fideflor en 1935 como fecha de arranque.
Ya más cercanos en el tiempo se descubre la apertura del cine Copeval
(1961), el día de Nochebuena con la película "Sangre en primera
página" interpretada por Rita Hayworth. Y por último el cine Río, un año
más tarde bajo la propiedad de Florentino Fano, que lo dota de seiscientas
butacas de aforo. La
localidad de Ujo, entonces tercera en envergadura, tuvo también su
protagonismos, con dos salas, una el Ideal Cinema inaugurado en 1924 bajo la
dirección de Domingo Suárez y que había vivido una primera experiencia efímera
en el barrio de Santa Clara con apenas un año de duración, y el Cine Club de la
Calle Nueva, de 1933 promovido por el dúo Julio Rodríguez y José María García. No le fue a la zaga Santa Cruz
que también disfrutó de dos salas, una el cine Blanquita (1922), nombrado así
en honor de la hija del propietario Javier Conseco y donde se ofrecía cine mudo
acompañado de la música de piano, y el cine La Llama (1935), diseñado por el
arquitecto José Avelino Díaz que también se encargó de materializar otras salas
del concejo.
Figaredo, pese a su envergadura demográfica,
solo dispuso del cine Royalty, en Las Vegas, inaugurado en 1934, cuya fase
final ya perteneció a los promotores de la familia Pesquera y que, los domingos
y festivos, servía también de sala de baile. La misma empresa se encargó de
Ablaña con el Imperial Cinema donde, se proyectó, en cuatro partes, la famosa
película "Plus Ultra" que recogía la hazaña de los aviadores
españoles pioneros en la travesía aérea Europa-América. El solar de este cine
está hoy dedicado a un geriátrico.
Otros núcleos que contaron también con su testimonio del espectáculo en
pantalla fueron Santullano con el cine parroquial, promovido por el sacerdote
titular en los bajos de la iglesia, la Pereda ofreciendo sus películas en el
cine Ángeles, durante seis años a base de 126 localidades, y Cenera, con el
cine Plaza frente al Palacio de Abajo, donde, en 1956 se estrenó la película
"Balarrasa" interpretada por Fernando Fernán Gómez.
Y queda
para el final, por sus posibles características, la localidad de Vegadotos,
donde existió el Ideal Cinema, desde 1926 a 1931. Dicen las crónicas que su
promotor fue Manuel Llaneza Zapico, y existen muchas posibilidades de que se
tratase del que fue alcalde de Mieres, diputado en cortes y fundador del
sindicato minero (SOMA). Éste es un dato que esperamos aclarar próximamente. En
muchos de los cines del concejo, sus comienzos disponían de un personaje
popular denominado "el explicador" que se encargaba de amenizar el
desarrollo del filme mudo con palabras o con música de piano.
Lo dicho una vez más. Acérquense ustedes por
el escaparate de "Tante", en la calle Antonio Machado y podrán
comprobar fiel y fehacientemente, la realidad cinematográfica de Mieres, a lo
largo del pasado siglo, no solo con la visión literaria, sino también la
gráfica. Todo un documento para la historia de esta comunidad.
Artículo de Amadeo Gancedo para La Nueva España.
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